viernes, 19 de octubre de 2012

RAMÓN BELLO SERRANO

¿Sería yo un hombre bueno si en  mundo tan necesitado no compartiera mis riquezas? No. Y como quiero seguir siendo un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno, comparto mis riquezas, que mías son, ahora de todos ustedes, pues que me las ponen en mi facebook, que no sé de quien es. Me escribe Ramón:

"Habiendo medido muchos ángulos acimutales, la declinación magnética dio=21º 13' 24'' oeste" (Alí Bey).- Paradoja que ofrezco al profesor Morales. ¿Es posible localizar el sitio exacto y dejar interesada cita para hablar de "Un voyage au Maroc"? Según el estudio de la longitud y latitud podría ser hasta la prisión argelina de Cervantes. Pero parece que la cosa prueba por Tánger. Me voy con Miguel Gallardo y Pepa Gómez de Lerma y mi mujer a despachar unas botellas de Rioja. Por cierto: Alí Bey cuenta que estuvieron a punto de descubrirle por cuanto los musulmanes orinan en cuclillas. Lo hacen por higiene -ahora retomada por Suecia y otras naciones-. Buen viernes, la ONCE puede visitarnos en cualquier momento. Profesor a sus pies.

Ramón Bello Serrano en su despacho de abogado.


Y le escribo yo:

Si yo encontrare, no ya como Cervantes en el Alcaná de Toledo, sino en el Camden Town londinense o en en el Mercado de la Seda de Beijing, unos papeles sin su firma del autor, yo sabría cuyos son si fueren de Ramón Bello Serrano. Como otros que le preceden o precedieron, -su propio padre o el ya mítico D. José S. Serna-, quedaron atados al amor de su patria, Albacete, y las plazas del mundo se perdieron en buena medida, la exquisitez de plumas que nada tienen que envidiar a las que se afilan en las herrerías de la Villa y Corte. A Ramón podemos leerlo en La Tribuna, a D. Ramon en La Verdad y en las Memorias que presentará próximamente y que a buen seguro nos excusarán de escribir las nuestras a varias generaciones de albaceteños y aun de españoles. La obra de D. José S. Serna ahí está. Pero volvamos a Ramón porque esto viene a cuento de las letras que me pone en el facebook y que he querido compartir con ustedes que me leen en Buenos Aires, en Bruselas, en Río o en Valencia; también en Madrid y en Barcelona. Léanlas, saboréenlas, sonrían o incluso rían con moderación y díganme: ¿Se puede escribir mejor? ¿Se puede llevar a cabo la celebración de la palabra con liturgia más esplendente? Ramón ha creado una gramática, su gramática, sin ofender ni levemente a la Gramática, antes bien buscándole sus más ocultos entresijos. Los gramáticos que creemos ser gramáticos de la gramática de Ramón somos realmente afortunados y si además somos sus amigos es que hemos sido elegidos, vaya usted a saber por quién, para vivir en un estado de continua fruición estética.
Alguna vez tenía que decirlo y dicho queda.
Un abrazo y muchas gracias, por todo, Ramón.

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