jueves, 26 de enero de 2012

Velada Literaria. Premios Barcarola 2011.

Hoy ha tenido lugar la entrega de los Premios Literarios Barcarola en su XXVII edición, que han sido otorgados por un jurado presidido por Félix Grande a Elena Román Torres, de Córdoba, en su modalidad de poesía, por su poemario I.M.I. y a Juan Luis Mira Candel, de Orihuela, en la modalidad de cuento, por la obra A pie de página. En el mismo acto ha tenido lugar un recital poético de Francisca Aguirre, Premio Nacional de Poesía 2011. Asimismo se ha presentado el número 77 de la revista Barcarola.
También, y como viene siendo habitual, ha sido presentado el libro ganador del premio de poesía del año anterior. Se trata de Carmina, de Andrés García Cerdán, poeta cuya voz suena cada vez con mayor fuerza en el panorama literario nacional y que ha atraído a una buena parte del público que llenaba el salón de plenos del viejo ayuntamiento.


Portada del libro de Andrés García Cerdán
Andrés García Cerdán firma ejemplares del libro premiado
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viernes, 20 de enero de 2012

Harold Pinter. El Montaplatos. Albacete 1969 - Madrid 2012

Desde ayer se representa en Madrid El Montaplatos,  del dramaturgo británico Harold Pinter, premio Nobel de 2005, nacido en 1930 y fallecido en la nochebuena de 2008. Nuestros amigos Antonio Cuevas y el recordado Antonio Flores (q.e.p.d.) lo pusieron en escena, bajo la dirección de D. José García Templado, en abril de 1969 en la casa de la cultura adjunta a la Diputación en aquel milagroso festival de teatro contemporáneo celebrado en Albacete. Pero lo realmente milagroso era que tuvieramos a un profesor de literatura, por cuya "culpa" muchos lo somos, que con treinta y tantos años conociera a un dramaturgo inglés que aún no había cumplido cuarenta y al que le faltaban otros tantos para ganar el Nobel. Sirvan estas palabras de homenaje, donde quiera que esté, a D. José García Templado y a todos aquellos, no muchos, buenos profesores que hacen que siga intentando cada día ser un buen profesor.


Texto: D. José García Templado, Catedrático de Lengua y Literatura del Instituto Nacional de Enseñanza Media Masculino de Albacete 

Dirección: D. José García Templado, Catedrático de Lengua y Literatura del Instituto Nacional de Enseñanza Media Masculino de Albacete  
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miércoles, 18 de enero de 2012

Soneto XI

Océano de piel en marejada,
tal vez líquido signo de clamores,
se dibuja tu cuerpo entre rumores
que rompieron sus ecos en mi almohada.

Delfines ya avistados en mi rada
saltan, crestas de plata sus fulgores,
como un alud de besos buceadores
de labios en mi boca desbordada.

Fragor temprano indómito de sales,

azul marino el cielo de mis ojos,
en bravo mar de ondas innumerables


frágil velamen víctima de enojos
lanza fiero mil asaltos navales,
de amor, sí, mas guerreros incansables.


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domingo, 15 de enero de 2012

El primer libro que leí.

Leo en "El País Semanal" el artículo de Elvira Lindo. Cuando se pregunta a los escritores, nos dice, por sus primeras lecturas, parece que todos ellos, poco menos que desde la cuna, ya hojearan el Ulises, a Proust, Conrard y demás autores de culto. Ella confiesa honestamente que se inicio con Mujercitas. Aprovecha para informarnos de la muerte, hace un año, de Martín Vigil, sin que nadie escribiera una necrológica y al que todos leímos, -al menos La muerte está en el camino-, lo confesemos o no. Yo la leí con catorce o quince años.


Pero el primer libro que leí, sin dibujos, sin viñetas, todo letra y con trescientas quince páginas, con nueve o diez años, fue Tarzán de los monos, de Edgar Rice Burroughs, en la edición de Gustavo Gili que aquí aparece. Les suelo decir a mis alumnos que un libro es tantos libros como lectores tiene pero también tantos libros como veces lo lee el mismo lector porque él ya no es nunca el mismo; sin embargo, el libro te permite a veces volver a ser aquel que fuiste y de alguna manera, a mí, Tarzán me devuelve la infancia, el olor de la casa de mis padres y de los colchones de lana, la luz tenue de las alcobas, el silencio de las noches de invierno... Es uno si no de los libros sí de los objetos que más amo.




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jueves, 5 de enero de 2012

Wagner. El Anillo del Nibelungo.

Todos recordamos a Woody Allen diciendo en Misterioso asesinato en Manhatann aquello de "es que si oigo mucho rato a Wagner me entran ganas de invadir Polonia".


Pero también sabemos todos que si algo caracteriza al fascismo y al nacionalsocialismo es su ausencia de base ideológica por lo que ha de buscarla en la manipulación de aquellas tendencias intelectuales que les parezca que se prestan. Así ocurrió en España con el 98 y en Alemania con Nietzsche y con Wagner entre otros. Dicho esto, hablemos de arte.
Dice José Mª Martín Triana en El Libro de la Ópera: "Desde el prólogo de El Anillo del Nibelungo -sin duda alguna, la obra más ambiciosa de toda la historia de la música, en la que Wagner trabajo desde 1852 a 1857, y desde 1869 hasta 1874, es decir, doce años-, resulta admirable la forma en que el compositor logra mantener la atención del oyente, almismo tiempo que hace crecer la tensión dramática sin un momento de respiro."
En su deseo de encontrar el arte total, Wagner crea el drama musical, no estamos ante óperas en que podamos encontrar arias ni bellcantismo sino ante un festival escenico en tres jornadas y una velada preliminar en que se desarrolla maravillosamente sistematizada por el propio compositor toda la mitología germánica antigua extraída tanto de la Edda islandesa, como de la Volsunga Saga noruega como del Nibelungen Lied aleman. Su representación requiere no sólo de grandes cantantes sino también de grandes actores que no nos cuentan en escena lo que ha sucedido sino que representan en escena lo que sucede, el robo del oro, las apariciones y desapariciones, las transformaciones, la forja de la espada Notung, la muerte del dragón Fáfner..., sin solución de continuidad, igual que tampoco la tiene la música que suena como si de una sinfonía se tratara y con el modernísimo recurso de los leit - motive que nos remarcan la presencia de un personaje o de un objeto o de una situación. La revisión de la tetralogía, -El Oro del Rin, La Walquiria, Sigfrido y El Ocaso de los Dioses-, ha hecho mis vacaciones de invierno aún más placenteras. Acabaré con dos cositas más: la primera es añadir a este monumento musical otros dos: La Pasión según San Mateo de J.S. Bach y la 8ª Sinfonía de Gustav Mahler, la segunda, una cita de Platón en La República: "...la educación musical es de suma importancia a causa de que el ritmo y la armonía son lo que más penetra en el interior del alma y la afecta más vigorosamente, trayendo consigo la gracia,  y crea gracia si la persona está debidamente educada, no si no lo está. Además, aquel que ha sido educado musicalmente como se debe [...] alabará las cosas bellas regocijándose con ellas y, acogiéndolas en su alma, se nutrirá de ellas hasta convertirse en un hombre de bien." 





miércoles, 4 de enero de 2012

Continúamos en Chinchilla de Montearagón. Fractal 1.3.

Hoy me he vuelto a acordar de Umbral.

Ausente el maestro, dedico hoy este pequeño texto a mi amigo Ramón Bello Serrano, uno de los mejores columnistas del siglo XX y,  tal vez, el mejor de lo que llevamos del XXI.


Cierto vahído.

(Homenaje, en vida, a Francisco Umbral)


Adicto como era al olor de la tinta no pudo dejar de asomarse al umbral de aquella bufanda. ¡Nunca lo hubiera hecho! Un alud de almanaques se deshojó amarillo ante sus recuerdos atrapándolo para siempre en el solitario placer de la transgresión. Perdido deambuló desde entonces por todas las panaderías de la infancia recobrada, por todos los tumultos de aquella adolescencia traicionada, por todas las páginas de la desolación... Un maullido acudió a rescatarlo disfrazado no tanto de sonrisa sin gato como de ninfa sin ciudad. Desde entonces pasea, orquestal el cabello, por las calles sin nombre de aquella urbe que nunca debió existir y un vahído de cierta mala leche acaricia molesto la piel de las señoras y de los gobernantes en flor.

Publicado en El Mundo.es  (23/11/2003)
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