lunes, 15 de abril de 2013

Poemas de Primavera VI

MAR

Naúfrago sobre ausente.
Luis de Góngora.


Este es el mar de Ulises,
el que ahora ante mis ojos de humo y sombra,
invita a otra mirada
de tiempo plateado
en un atardecer de grises lleno.

Dejo que al mediodía,
el calmo mar me calme los sentidos,
meditación consciente,
ejercicio de olvido,
frente a otro mar revuelto tierra adentro.

Imposible el naufragio,
lejos de tu mirada procelosa,
reconstruyo mi paz
y los restos de mi alma
junto al perdido azul de nuestros vidas.

Miraré por la noche
las estrellas que vimos algún día,
rielando como luna
en un mar de palabras
que las olas llevaron a otros puertos.

Pero la madrugada
me traerá tus caricias y tu gesto,
...y tu cuerpo desnudo.
Naúfrago sobre ausente
seré otra vez Ganímedes hundido.


Águilas, 13/14 de abril.


imprimir página

sábado, 6 de abril de 2013

Páginas de Literatura Universal: Antoine de Saint - Exupéry: El Principito. Fragmento del capítulo XXI: El zorro.




—Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
—Por favor... domestícame —le dijo.
—Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
—Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
—¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.
—Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
—Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
—¿Qué es un rito? —inquirió el principito.
—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
—¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré.
—Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
—Ciertamente —dijo el zorro.
—¡Y vas a llorar!, —dijo él principito.
—¡Seguro!
—No ganas nada.
—Gano —dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
—Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros.
Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
—Adiós —le dijo.
—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.
—Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
—Es el tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo.
—Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
—Yo soy responsable de mi rosa... —repitió el principito a fin de recordarlo.


imprimir página

Agradecimiento.

Quiero expresar mi sincero agradecimiento a mis visitantes de Bélgica y de Países Bajos, que han hecho que el contador de visitas se dispare en las últimas veinticuatro horas y les invito a ponerse en contacto conmigo con el fin de que mis contenidos se adecuen todavía más, en la medida de lo posible, a sus preferencias, pues son realmente por su atención, visitantes de honor.¡Muchísimas gracias!


 






imprimir página

miércoles, 3 de abril de 2013

Poemas de Primavera V

Vivir solo pendiente
de que una luz se encienda o se apague,
único indicio ya,
ante mis turbios ojos
de que la vida sigue en lontananza.

Atento a un leve signo
que evoque en mi memoria ese anhelo
perdido de existencia,
que acelere mi pulso
y anime mis latidos tan cansados.

Buscar casi en la nada,
un motivo certero que me explique
por qué tanto silencio
donde palabras y actos
pusieron claridad en plena noche.

Recordar viejos textos
en los que ya se hablaba sin excusas
de la fragilidad
del carácter humano
y del cambiante curso del afecto.

Reconocer, en suma,
que, ni bueno ni malo, permanece
el fugitivo instante,
por más que lo sintiéramos
eterno cuando a él nos entregamos.

imprimir página

martes, 2 de abril de 2013

Mati Isach. Acrílicos en Viktor Gastro-Café. Al Socaire.


Ayer tuvo lugar la inauguración de la nueva exposición de Mati Isach, que se prolongará en Viktor Gastro-Café hasta el próximo 14 de abril. 


Vista general de la exposición

Con gran afluencia de público, entre el que se encontraba otros pintores de la calidad de Pepe Enguídanos, asistimos a una agradable velada en la que pudimos apreciar la positiva evolución de sus creaciones y la depuración de su técnica, que fue elogiada por Enguídanos

Pepe Enguídanos
Ya en la inauguración se produjo un buen ritmo de adquisición de cuadros, algunos de los cuales mostramos a continuación.




¡Enhorabuena, Mati!






imprimir página